Recibir alguna cosa en herencia significa que alguien, normalmente querido, ha pasado, como se suele decir, a mejor vida.

Está claro que los que se quedan agradecen que en esos momentos los temas burocráticos estén mínimamente arreglados.

Que exista un testamento es un primer paso. Si además se ha planificado un reparto equitativo entre los herederos (si es que son varios) evitaremos muchos problemas futuros.

Pero ¿qué pasa si en la herencia existen obras de arte?: quien planifica su herencia deberá tener la precaución de comprobar a través de un experto que las obras de arte que está dejando sean tales obras de arte (¡mucha obra falsa corre por el mercado!) a fin de conseguir el reparto equitativo del que hablábamos. Pero es que quien recibe obras de arte en herencia también deberá verificar que lo que recibe es “bueno”.

¿Te imaginas recibir un Picasso en herencia en lugar de un pisazo en la Bonanova y que luego te enteres que el Picasso es falso?.