Blockchain y mercado del arte
Podríamos definir el blockchain (o cadena de bloques) como un gran libro de contabilidad virtual que se va construyendo por bloques que luego se unen. Además, es el sistema sobre el que se asienta la moneda virtual (o criptomoneda), por ejemplo, el Bitcoin.
Su funcionamiento se sucede cerrando cada bloque con las transacciones que se han realizado en un lapso de unos 10 minutos. La pieza de información acaba con una última línea que contiene un extenso número que sale de una compleja operación matemática, que hace que el sistema se blinde frente a hackers y gente de intenciones dudosas.
Lo que hasta aquí parece que nos suene tan lejano, abstracto y ajeno veremos ahora cómo incide ya en el mundo del arte.
Por una parte, blockchain apunta a que puede ser la solución (incluso una acertada y válida solución legal) para todos los problemas endémicos que le son propios al mercado del arte, tales como, la acreditación de la procedencia de una obra de arte, su autenticidad, la transparencia en las transacciones del mercado, la protección y el respeto a los derechos de autor, la confirmación de la titularidad de la propiedad de la pieza o la valoración económica de la misma.
Y ello porque con blockchain es imposible destruir o falsificar la información detallada en primera instancia de las obras de arte, su procedencia o su historia. De esta forma proporciona la base para lograr una verdadera seguridad y transparencia en las transacciones. Y como consecuencia de ello, esta tecnología da acceso a que se forjen relaciones abiertas y transparentes entre museos, casas de subastas, galerías, coleccionistas, historiadores de arte e investigadores.
Un buen ejemplo lo encontramos en el arte digital, quizá porque sea en este mundo donde la tecnología blockchain realiza su mayor contribución. Los artistas digitales se enfrentan a muchos problemas cuando se trata de proteger su autenticidad y la propiedad de sus piezas, corriendo mayor riesgo cuando se trata de imágenes. En este sentido, la solución que aporta blockchain viene de la posibilidad que nos ofrece de recopilar y sistematizar el arte digital. De hecho, no es en absoluto descabellado comparar el blockchain con el copyright.
Si atendemos a la realidad, la única forma que hasta ahora tenían los artistas digitales para crear mercado en torno a sus obras era darles forma física. Con la tecnología blockchain se resuelve el problema de la procedencia y verificación de una obra de arte. Y, en consecuencia, es la solución ideal para preservar la propiedad intelectual, crear demanda y aumentar el valor del contenido digital.
Pero, esta nueva tecnología al margen de proporcionar soluciones a los citados problemas, también es una fuente de inspiración para artistas.
Así, la mera noción de blockchain y criptomonedas fue la base del trabajo del artista Peter Fröhlich o la pintura del artista francés Youl “Last Bitcoin Supper” que se vendió en el año 2014 como parte de “Project Bitcoin” en una subasta de eBay por 4,64 BTC.
Incluso galeristas aceptan ya las criptomonedas como moneda válida de pago en la compra de sus obras, como la galería de arte de Gran Bretaña Dadini Fine Art.
O ferias de arte que apuestan por esta nueva tecnología, como es el caso de Moniker International Art Fair de Nueva York y Londres (especializada en arte urbano y contemporáneo) que en el año 2015 se convirtió en pionera en el uso de Bitcoin, no solamente por la posibilidad de comprar la entrada con Bitcoins sino también por una instalación de 15 metros titulada “The Renaissance is Now” que permitía al visitante, a través de un cajero automático, probar la moneda digital en el acto.
Pero la cosa no acaba aquí, también tenemos ejemplos de implementación de blockchain y criptomonedas en instituciones de arte tradicional. En esta línea, el museo vienés MAK compró en el año 2015 una instalación en línea del artista holandés Harm van den Dorpel “Event listeners” consistente en un protector de pantalla generado algorítmicamente, el cual compró con Bitcoins.
Y, finalmente, como no podría ser de otra forma, estas tecnologías de blockchain también cambian la forma de entender el mercado del arte y, por ende, el coleccionismo, dado que pueden hacer que el mercado del arte sea transparente y más democrático.
M.Isabel Niño · Socia NIAL ART
Abogada especialista en el Mercado del Arte
ARTÍCULO PUBLICADO EN LA REVISTA TENDENCIAS DEL MERCADO DEL ARTE
**Foto de Maxim Hopman**